El índice S&P 500 terminó la semana pasada plano, tras recuperarse parcialmente de una fuerte caída que comenzó una semana antes y se intensificó el lunes. La caída se desencadenó por la debilidad de los datos económicos, y factores como el desapalancamiento, la aglomeración y la falta de liquidez probablemente agravaron el descenso.
En medio de la caída de los mercados, tanto las correlaciones bursátiles como la volatilidad se dispararon. En concreto, la VIX index de volatilidad implícita alcanzó un máximo intradía de 66 el 5 de agosto, un nivel sólo superado durante la liquidación de marzo de 2020 y la crisis financiera de 2008.
Sin embargo, según los estrategas de Goldman Sachs (NYSE:GS), los patrones históricos indican que en los próximos meses, "tanto las correlaciones bursátiles como la volatilidad implícita sólo retrocederán gradualmente hasta volver a la 'normalidad'".
En 12 episodios similares desde 2000, cuando los valores cíclicos se rezagaron más de 5 puntos porcentuales respecto a los defensivos en el plazo de una semana, fue señal de un marcado aumento de la preocupación por el crecimiento económico. Al igual que la semana pasada, estos periodos se caracterizaron por grandes picos tanto en la volatilidad como en las correlaciones.
"Tras estos sustos, por término medio, tanto las correlaciones realizadas como la volatilidad implícita, medida por el VIX, disminuyeron lentamente y se mantuvieron muy por encima de los niveles previos al susto incluso 3 meses después", señalaron los estrategas.
De cara al futuro, la dirección del mercado de renta variable dependerá de los datos que se publiquen próximamente y que aclaren las perspectivas económicas, determinando si el mercado sigue centrado en la macroeconomía o vuelve al entorno impulsado por la microeconomía que se observó en el primer semestre de 2024.
Los estrategas creen que los datos sobre el mercado laboral y el consumo "serán especialmente importantes".
Aunque el próximo informe de empleo no se publicará hasta el 6 de septiembre, los inversores vigilarán de cerca las solicitudes semanales de subsidio por desempleo, las ventas minoristas y los beneficios de Walmart (NYSE:WMT) el próximo jueves, así como los componentes laborales de las encuestas de la Reserva Federal a finales de este mes. Según Goldman Sachs, se espera que los datos de inflación desempeñen un papel menos importante, a menos que se produzcan sorpresas al alza extremas.
"Si los datos confirman la visión optimista de nuestros economistas, es probable que los inversores vuelvan a centrarse en las oportunidades alfa (BMV:ALFAA) en lugar de en las betas de mercado", escribieron los estrategas.
"Si los temores económicos continúan desvaneciéndose y el mercado se vuelve más microdirigido en los próximos meses, entonces la reciente liquidación representa una oportunidad atractiva para comprar valores con fundamentos saludables con descuentos de valoración", añadieron.
Los precedentes históricos sugieren que la volatilidad implícita se mantendrá relativamente elevada hasta el día de las elecciones, aunque la atención prestada a las implicaciones de políticas concretas podría contribuir a aumentar la dispersión sectorial y bursátil.