El Dólar estadounidense (USD) se mantiene al margen el lunes con una imagen muy mixta en el tablero de cotizaciones frente a la mayoría de las principales divisas. El Dólar estadounidense comienza esta semana con calma debido al feriado del Día del Trabajo en EE.UU., pero el calendario económico se acelerará hacia el evento principal del viernes. El primer viernes del mes traerá el Informe de Empleo de EE.UU., con las Nóminas No Agrícolas y otros datos salariales para que los mercados se muevan.
Aparte de los datos cruciales de nóminas, el calendario también incluirá los datos del Índice de Gerentes de Compras (PMI), que tienden a mover los mercados ya que proporcionan nuevas pistas sobre el estado de la economía. Esto podría significar que el Índice del Dólar estadounidense ya se haya movido sustancialmente antes del evento principal del viernes.
Los traders puramente técnicos, aquellos que no miran los datos ni asumen riesgos de titulares, te dirán que el Índice del Dólar estadounidense (DXY) no cumplió el viernes. Aunque la recuperación parecía sólida, el DXY cerró por debajo de 101.90, lo que podría significar más problemas por delante. Ahora podría tener lugar un rechazo, deteniendo el rally de recuperación y empujando el DXY de vuelta hacia 100.62 desde un punto de vista puramente técnico.
Mirando hacia arriba, 101.90 sigue siendo el primer nivel a recuperar. Se necesitaría un fuerte aumento del 2% para llevar el índice a 103.18. Un nivel de resistencia muy fuerte cerca de 104.00 no solo tiene un valor técnico crucial, sino que también alberga la media móvil simple (SMA) de 200 días como el segundo obstáculo importante para limitar la acción del precio.
A la baja, 100.62 (el mínimo del 28 de diciembre) se mantiene como soporte, aunque parece bastante débil. Si se rompe, el mínimo del 14 de julio de 2023, en 99.58 será el nivel definitivo a tener en cuenta. Una vez que ese nivel ceda, los niveles tempranos de 2023 se acercan a 97.73.
Índice del Dólar estadounidense: Gráfico Diario
Las condiciones del mercado laboral son un elemento clave para evaluar la salud de una economía y, por lo tanto, un factor clave para la valoración de las divisas. Un alto nivel de empleo, o un bajo nivel de desempleo, tiene implicaciones positivas para el gasto de los consumidores y, por tanto, para el crecimiento económico, lo que impulsa el valor de la moneda local. Por otra parte, un mercado laboral muy ajustado -situación en la que hay escasez de trabajadores para cubrir los puestos vacantes- también puede tener implicaciones en los niveles de inflación y, por tanto, en la política monetaria, ya que una oferta de mano de obra baja y una demanda alta conducen a unos salarios más altos.
El ritmo al que crecen los salarios en una economía es clave para los responsables políticos. Un crecimiento salarial elevado significa que los hogares disponen de más dinero para gastar, lo que suele traducirse en subidas de precios de los bienes de consumo. A diferencia de otras fuentes de inflación más volátiles, como los precios de la energía, el crecimiento salarial se considera un componente clave de la inflación subyacente y persistente, ya que es improbable que los aumentos salariales se deshagan. Los bancos centrales de todo el mundo prestan mucha atención a los datos de crecimiento salarial a la hora de decidir su política monetaria.
El peso que cada banco central asigna a las condiciones del mercado laboral depende de sus objetivos. Algunos bancos centrales tienen mandatos explícitamente relacionados con el mercado laboral más allá de controlar los niveles de inflación. La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), por ejemplo, tiene el doble mandato de promover el máximo empleo y unos precios estables. Mientras tanto, el único mandato del Banco Central Europeo (BCE) es mantener la inflación bajo control. Aún así, y a pesar de los mandatos que tengan, las condiciones del mercado laboral son un factor importante para las autoridades dada su importancia como indicador de la salud de la economía y su relación directa con la inflación.