Las criptomonedas experimentaron una recuperación durante la sesión asiática, tras una venta masiva. El bitcoin (BTC) se aproxima nuevamente a los 85,000 dólares, mientras que el ethereum (ETH) intenta consolidarse por encima de los 1,600 dólares. En el mundo de las 'altcoins', Solana (SOL) destaca con una revalorización del 6%, mientras que otras criptomonedas como dogecoin (DOGE), XRP y cardano (ADA) muestran recuperaciones menos pronunciadas. Sin embargo, Tron (TRX) continúa en descenso, cayendo un 3% en las últimas 24 horas.
El catalizador de esta volatilidad en los mercados ha sido el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, quien comunicó que el banco central necesitará más tiempo para evaluar los efectos de los aranceles en la economía. Powell expresó su preocupación por un posible escenario de estanflación, una combinación de crecimiento económico estancado e inflación elevada. Esto podría dificultar el cumplimiento del doble mandato de la Fed.
Las declaraciones de Powell provocaron caídas significativas en Wall Street, con el Nasdaq perdiendo más del 3%. En este contexto, Nvidia también sufrió un golpe, con una disminución del 7%, debido a un cargo de 5,500 millones de dólares relacionado con restricciones de ventas a China. Las criptomonedas, estrechamente alineadas con activos de riesgo, sintieron el impacto de estos movimientos.
Las expectativas de recorte de tasas han sido recalibradas. Según la herramienta FedWatch de CME, los analistas esperan varias bajadas de tasas para fin de año, aunque las expectativas de un recorte en mayo y junio han disminuido. Internacionalmente, el debilitamiento del dólar atenúa las presiones inflacionarias en otras economías, pese al aumento de expectativas inflacionarias en EE.UU. Ipek Ozkardeskaya, analista de Swissquote Bank, enfatiza que, aunque el dólar se debilita, el impacto sigue siendo menos amenazante para el resto del mundo.
En este volátil entorno, la confianza se convierte en el motor macroeconómico predominante. Stephen Innes de SPI Asset Management sugiere que los inversores deben mantener coberturas contra Estados Unidos, mediante estrategias como la compra de oro y euros, o la venta de yenes, reflejando un mercado que alterna entre esperanza y volatilidad extrema.