La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, declaró que los recientes ataques a las propiedades del fabricante de vehículos eléctricos Tesla, con sede en NASDAQ como TSLA, son considerados como "terrorismo nacional". El Departamento de Justicia ha emitido un comunicado indicando que varias personas ya han sido acusadas bajo esta categorización, lo que implica sentencias mínimas obligatorias de cinco años de cárcel.
Estos ataques han afectado vehículos, concesionarios y otras propiedades de Tesla. La situación se intensificó desde que Elon Musk asumió el liderazgo del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una entidad dedicada a reducir gastos y burocracia en el gobierno federal. Las acciones vandálicas han tenido lugar en múltiples estados, incluyendo Massachusetts, Washington y Carolina del Sur.
El martes, dos concesionarios de Tesla en Las Vegas, Nevada, y Kansas City, Misuri, fueron blanco de nuevos ataques, resultando en vehículos incendiados. El diario The Washington Times informó que el FBI está investigando los incidentes en Las Vegas como posibles actos de terrorismo.
El agente especial Spencer Evans afirmó: "A quienes consideren justificable o incluso admirable algo así, queremos informarles de que se trata de un delito federal. Los perseguiremos, los encontraremos y los procesaremos con todo el peso de la ley". Con este enfoque, las autoridades buscan enviar un mensaje claro a los responsables y aquellos que puedan estar orquestando y financiando estos actos desde las sombras.