Investing.com - El intensificante conflicto comercial entre Estados Unidos y China ya no es solo un enfrentamiento económico.
Según BCA Research, la guerra arancelaria es ahora un punto de tensión geopolítico clave que podría contribuir a una confrontación militar más amplia, particularmente sobre Taiwán.
En respuesta a la decisión del presidente Donald Trump de imponer un arancel del 145% sobre productos chinos, Beijing ha respondido con un arancel del 84% y una fuerte depreciación del renminbi.
Las consecuencias económicas de estas acciones están aumentando. Pero la estrategia más amplia de Trump revela un enfoque más calculado: mientras presiona agresivamente a China, ha pausado los aranceles a otros países para evitar desencadenar una recesión y una corrección más profunda del mercado bursátil.
El S&P 500 se ha mantenido cerca del territorio de mercado bajista, y BCA señala que Trump parece cauteloso de cruzar ese umbral.
Su reciente movimiento para desescalar las tensiones comerciales globalmente, excepto con China, sugiere un esfuerzo por mantener la estabilidad económica mientras aplica presión dirigida a un rival estratégico primario.
BCA identifica dos escenarios que podrían llevar a una intensificación de la crisis. En uno, Trump reanuda los aranceles globales si cree que una recesión es inevitable de todos modos.
En el otro, la administración anticipa un shock geopolítico importante, como negociaciones fallidas con Irán o tensiones escalantes en Asia Oriental, y usa la política comercial como una herramienta preventiva o de distracción.
El escenario más preocupante sigue siendo un desbordamiento de la guerra comercial hacia una confrontación estratégica o militar.
BCA asigna una probabilidad del 30% a una escalada militar relacionada con Taiwán este año, incluyendo un 5% de posibilidades de un conflicto global más amplio.
Si Beijing concluye que las conversaciones comerciales son inútiles y que Estados Unidos pretende mantener las barreras permanentemente, podría abandonar la diplomacia y actuar más asertivamente en la región.
Se espera que China inyecte aproximadamente tres billones de RMB en estímulo fiscal, aproximadamente del 3% al 4% del PIB.
Sin embargo, BCA advierte que si este estímulo no se duplica al 6% a 10%, podría señalar que Beijing está planeando aplicar presión híbrida sobre Taiwán en lugar de confiar únicamente en herramientas económicas para estabilizar su economía.
La correduría enfatiza que China podría repetir su estrategia de 2019: participar en negociaciones comerciales como pantalla mientras prepara acciones sobre Taiwán.
Alternativamente, si la presión económica aumenta demasiado rápido, China podría saltarse la diplomacia y actuar antes.
Dado este panorama, BCA aconseja a los inversores favorecer activos refugio, acciones defensivas, bonos gubernamentales y metales preciosos.
Aunque podría haber un repunte a corto plazo en mercados fuera de EE.UU. y China, se espera que el estrés geopolítico y económico continuo suprima el apetito por el riesgo a largo plazo.
En opinión de BCA, la guerra comercial es un conducto para una inestabilidad geopolítica más amplia.
Si la presión económica continúa sin control, corre el riesgo de desencadenar la confrontación estratégica que ambos países dicen querer evitar.
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