Investing.com - Los orígenes de los medicamentos GLP-1 se remontan a una fuente poco probable: el veneno del monstruo de Gila, un lagarto nativo del suroeste americano.
Investigadores en la década de 1990 que estudiaban esta especie descubrieron la exendina-4, un compuesto que imitaba el GLP-1 humano —una hormona que desencadena la liberación de insulina solo cuando los niveles de azúcar en sangre están elevados.
Esta acción dependiente de la glucosa lo convirtió en una alternativa atractiva a la insulina, que conlleva un mayor riesgo de hipoglucemia.
El propio GLP-1 había sido identificado en la década de 1980, pero se degradaba demasiado rápido en el cuerpo para ser útil. La exendina-4, más estable y de acción más prolongada, abrió la puerta al desarrollo de fármacos.
Amylin Pharmaceuticals, junto con Eli Lilly (NYSE:LLY), lanzó al mercado el primer fármaco GLP-1, exenatida (Byetta), en 2005. Aunque fue un hito científico, la dosificación inconveniente y los efectos secundarios de Byetta limitaron su éxito.
Novo Nordisk (NYSE:NVO) entró en escena con liraglutida (Victoza) en 2010, una inyección diaria basada en una secuencia humana, que mejoró la tolerabilidad y se convirtió en líder de la categoría.
Posteriormente, Novo adaptó el fármaco para la obesidad como Saxenda, aunque su uso en el mundo real siguió siendo limitado debido a una eficacia moderada y un calendario de inyección exigente.
El verdadero punto de inflexión llegó con semaglutida. Aprobado en 2017 para la diabetes como Ozempic y posteriormente para la obesidad como Wegovy, este inyectable semanal ofreció un fuerte control del azúcar en sangre y una pérdida de peso significativa —más del 15% en algunos ensayos clínicos.
Sus beneficios cardiovasculares y metabólicos también ampliaron su atractivo. Según analistas de Bernstein, la semaglutida transformó los fármacos GLP-1 de reguladores de glucosa en tratamientos multisistémicos.
Eli Lilly respondió con tirzepatida (Zepbound), un agonista de doble acción para los receptores GLP-1/GIP. Aprobado para la obesidad a finales de 2023, mostró una pérdida de peso aún mayor que la semaglutida en ensayos comparativos directos y rápidamente ganó terreno, ayudado por las limitaciones de fabricación en Novo y la creciente demanda de terapias para la obesidad.
A pesar de su impacto, los fármacos GLP-1 no están libres de desafíos. Los efectos secundarios gastrointestinales como náuseas y vómitos son comunes, especialmente al inicio del tratamiento, y la adherencia sigue siendo un problema.
Los datos citados por Bernstein muestran que menos de la mitad de los pacientes continúan con el tratamiento después de un año, lo que plantea interrogantes sobre el uso a largo plazo en el manejo de enfermedades crónicas.
Aun así, los fabricantes siguen avanzando. Tanto Novo como Lilly están probando GLP-1 en condiciones más allá de la diabetes y la obesidad, incluyendo insuficiencia cardíaca, enfermedad renal y enfermedad hepática.
También están en marcha ensayos en Alzheimer, aunque los analistas son cautelosos sobre la probabilidad de éxito.
Las versiones orales y las terapias combinadas —incluidos los agonistas triples que añaden vías de glucagón o amilina— están en desarrollo para mejorar la eficacia y reducir los efectos secundarios.
Los analistas de Bernstein sugieren que estos nuevos formatos podrían permitir un uso más amplio y a más largo plazo, especialmente si igualan la pérdida de peso de los inyectables con mejor tolerabilidad.
Desde el veneno de un reptil del desierto hasta un mercado global multimillonario, la evolución de los fármacos GLP-1 ha sido moldeada por décadas de descubrimiento científico, ensayo y error, e ingeniería farmacéutica.
"Así que desde el veneno del monstruo de Gila, hasta el control de la glucosa en sangre y la pérdida de peso, en más de dos décadas los GLP-1 han allanado el camino para una amplia gama de productos que, en nuestra opinión, apenas están arañando la superficie en términos de beneficios a largo plazo para pacientes en múltiples indicaciones (desde cardiovasculares, renales, hepáticas hasta incluso beneficios neurológicos)", señaló Bernstein.
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