Investing.com — S&P Global Ratings ha elevado la calificación crediticia de Italia a 'BBB+' desde 'BBB', citando los amortiguadores externos del país y su flexibilidad monetaria. La agencia de calificación crediticia también confirmó la calificación a corto plazo 'A-2' e indicó que la perspectiva es estable. La decisión fue anunciada el 11 de abril de 2025.
La mejora se produce después de que la administración estadounidense decidiera suspender un arancel del 20% previamente anunciado sobre bienes de la Unión Europea durante tres meses, optando por un arancel más moderado del 10%. S&P Global Ratings considera que esto tendrá un impacto manejable en la economía y la cuenta corriente de Italia, parcialmente compensado por una inversión pública acelerada y un estímulo fiscal proveniente de Alemania.
Durante los últimos cinco años, la posición acreedora externa neta de Italia se ha profundizado debido a exportaciones resilientes y altas tasas de ahorro interno. Ahora se estima que es del 15% del PIB, en comparación con un equilibrio casi total antes de la pandemia. Aunque la deuda neta del gobierno general de Italia sigue siendo alta, situándose en el 129% del PIB a finales de 2024, la agencia espera que la ratio de deuda respecto al PIB se estabilice a partir de 2028, a medida que los déficits de caja se reduzcan gradualmente.
La flexibilidad monetaria y la solvencia de Italia están respaldadas además por la credibilidad del Banco Central Europeo (BCE). La capacidad del BCE para contrarrestar las presiones desinflacionarias en caso de choques externos a la economía europea se considera beneficiosa, particularmente cuando las tasas de inflación en toda la zona euro, incluida Italia, están disminuyendo.
A pesar de la mayor incertidumbre en torno a las perspectivas de crecimiento y comercio global, las proyecciones económicas de la agencia asumen que los aranceles estadounidenses sobre las mercancías de la UE, incluidos los bienes italianos, se mantendrán en el 10%.
S&P Global Ratings también proporcionó escenarios que podrían llevar a un cambio en la calificación crediticia de Italia. Una rebaja podría ocurrir si las posiciones económica, externa y presupuestaria de Italia se deterioran significativamente más allá de las previsiones actuales. Esto podría desencadenarse si los aranceles estadounidenses impactan severamente la confianza de consumidores y empresas, así como la balanza de pagos y las posiciones presupuestarias de Italia.
Por otro lado, las calificaciones podrían elevarse si Italia continúa reduciendo su déficit presupuestario, poniendo su deuda pública respecto al PIB en una firme trayectoria descendente. Una mejora también podría ocurrir si el crecimiento económico potencial mejora de manera sostenible por encima del 1% debido a reformas que aborden los desafíos económicos estructurales de Italia.
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