El Índice del Dólar estadounidense (DXY), que rastrea el rendimiento del Dólar estadounidense frente a seis divisas principales, está cotizando cerca de la región de 103.00 durante la sesión del martes. El impulso se intensificó después de los datos optimistas del mercado laboral de la semana pasada, ayudando al índice a rebotar desde mínimos recientes. Los inversores acogieron con agrado los comentarios del Representante de Comercio de EE. UU. (USTR) Jamieson Greer, quien dijo al Comité de Finanzas del Senado que EE. UU. está involucrado en discusiones arancelarias con casi 50 países.
Sin embargo, la presión de venta se reanudó después de que EE. UU. confirmara aranceles adicionales que entrarán en vigor el 9 de abril contra China.
El Índice del Dólar estadounidense se mantiene dentro de un rango estrecho cerca de 103.00, reflejando un comportamiento cauteloso del mercado. El indicador de Convergencia/Divergencia de Medias Móviles (MACD) muestra una señal de compra, mientras que el Índice de Fuerza Relativa (RSI) en 41.87 y el Poder Alcista/Bajista en -0.98 reflejan una postura neutral.
A pesar de esto, persisten señales bajistas de las medias móviles simples (SMA) de 20 días, 100 días y 200 días, todas apuntando hacia abajo. De manera similar, la media móvil exponencial (EMA) de 10 días y la SMA refuerzan la inclinación a la baja.
Los niveles de resistencia clave a vigilar incluyen 103.48, 103.66 y 103.71, mientras que el soporte inmediato se sitúa en 102.73. Un cierre diario por encima de 103.18 sigue siendo crucial para que los alcistas recuperen el control.
En términos generales, "trade war" es una guerra comercial, un conflicto económico entre dos o más países debido al extremo proteccionismo de una de las partes. Implica la creación de barreras comerciales, como aranceles, que resultan en contrabarreras, aumentando los costos de importación y, por ende, el coste de la vida.
Un conflicto económico entre Estados Unidos (EE.UU.) y China comenzó a principios de 2018, cuando el presidente Donald Trump estableció barreras comerciales contra China, alegando prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual por parte del gigante asiático. China tomó medidas de represalia, imponiendo aranceles a múltiples productos estadounidenses, como automóviles y soja. Las tensiones escalaron hasta que los dos países firmaron el acuerdo comercial Fase Uno entre EE.UU. y China en enero de 2020. El acuerdo requería reformas estructurales y otros cambios en el régimen económico y comercial de China y pretendía restaurar la estabilidad y la confianza entre las dos naciones. La pandemia de Coronavirus desvió la atención del conflicto. Sin embargo, vale la pena mencionar que el presidente Joe Biden, quien asumió el cargo después de Trump, mantuvo los aranceles y hasta añadió algunos gravámenes adicionales.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca como el 47º presidente de EE.UU. ha desatado una nueva ola de tensiones entre los dos países. Durante la campaña electoral de 2024, Trump se comprometió a imponer aranceles del 60% a China una vez que regresara al cargo, lo que hizo el 20 de enero de 2025. Se espera que la guerra comercial entre EE.UU. y China se reanude donde se dejó, con políticas de represalia que afectan el panorama económico global en medio de interrupciones en las cadenas de suministro globales, lo que resulta en una reducción del gasto, particularmente en inversión, y alimentando directamente la inflación del índice de precios al consumidor.