“Este crecimiento estable no es suficiente. No deberíamos aceptar esta nueva y mediocre normalidad en lo que respecta al crecimiento global”.
Eso ni siquiera se acerca a los años de auge anteriores a la COVID-19, y es la proyección a largo plazo más débil en décadas. Ayhan Kose, economista jefe adjunto del Banco Mundial, dijo:
“Este crecimiento estable no es suficiente. No deberíamos aceptar esta nueva y mediocre normalidad en lo que respecta al crecimiento global”.
El Banco Mundial estima que un aumento del 10% en los aranceles estadounidenses arrastraría el crecimiento de la economía mundial al 2,5%. Si otros países toman represalias con sus propias barreras comerciales, podría caer al 2,4%. Después de la crisis financiera de 2008, los volúmenes del comercio mundial se redujeron y los últimos años no han sido más amables.
Las amenazas arancelarias del dent Donald Trump son otro golpe a un sistema que ya es frágil. Kose señaló que los efectos se sentirán con mayor dureza en las naciones en desarrollo. "Estamos muy preocupados de que las economías emergentes y en desarrollo se enfrenten a un entorno externo difícil", dijo.
Pero añadió que estos países aún pueden tomar medidas. Reducir las barreras comerciales entre sí es una solución. Acuerdos como el Área de Libre Comercio Continental Africana y la Asociación Económica Integral Regional de Asia muestran que la cooperación regional es posible.
La mala infraestructura está frenando el avance de los países en desarrollo. El Banco Mundial ha enfatizado la necesidad de mejores sistemas de transporte interno.
Sin ellos, las fábricas, granjas y minas luchan por llevar sus productos a los mercados globales. Según el informe, construir mejores carreteras y reducir los costos de logística podría brindar cierto alivio.
El comercio entre los países en desarrollo ha crecido mucho a lo largo de los años. En el año 2000, sólo el 20% de sus exportaciones se destinaban a otros países en desarrollo. Ahora, esa cifra asciende al 40%. Mientras tanto, estas economías han pasado de generar el 25% del PIB mundial en 2000 al 45% en la actualidad.
Indermit Gill, economista jefe del Banco Mundial, señaló la dura realidad: “El bienestar de las economías en desarrollo todavía está tron ligado al crecimiento de las tres grandes economías avanzadas”. Si Estados Unidos estornuda, las naciones en desarrollo se resfrían.
Pero el Banco Mundial cree que China y Estados Unidos, nuestras dos economías más grandes, aún podrían superar las expectativas. En China, se espera que más medidas de estímulo impulsen su demanda interna.
En cuanto a Estados Unidos, el Banco Mundial elevó su previsión de crecimiento para 2025 del 1,8% al 2,3%, mientras que la proyección de China subió del 4,1% al 4,5%.
Pero el Banco Mundial también señaló que la inflación sigue siendo una amenaza persistente, lo que retrasa los recortes esperados en las tasas de interés. Los altos costos de endeudamiento están presionando tanto a las empresas como a los consumidores, particularmente en los países más pobres.
"En un mundo marcado por la incertidumbre política y las tensiones comerciales, las economías en desarrollo necesitarán políticas audaces y de largo alcance", dijo Kose. "Un buen comienzo sería buscar asociaciones estratégicas de comercio e inversión con los mercados en rápida expansión de otras naciones en desarrollo".
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