Por Ana Mano
SAO PAULO, 4 abr (Reuters) - Las protestas indígenas y el mal estado de las carreteras han interrumpido esta semana el transporte de la abundante cosecha de soja brasileña a través del puerto fluvial de Miritituba, en la selva amazónica, donde operan empresas internacionales de comercio de granos como Cargill y Bunge BG.N.
La demanda de soja de Brasil, el mayor productor y exportador del mundo, se ha disparado en China, el principal consumidor, mientras los operadores se preparan para una guerra comercial que desaliente las importaciones chinas de soja estadounidense.
Miritituba cargó el año pasado unos 15 millones de toneladas de soja y maíz en barcazas con destino a puertos más grandes río abajo, lo que representa más de una décima parte de las exportaciones totales de Brasil de esos granos. Se espera que los volúmenes en el puerto aumenten alrededor de un 20% este año.
Manifestantes del pueblo Munduruku han estado bloqueando un tramo clave de la carretera Transamazónica cerca de Miritituba a determinadas horas del día para presionar al Corte Suprema de Brasil a que anule una ley de 2023 que pretende limitar sus derechos sobre la tierra.
Esto ha empeorado los atascos en un tramo de cinco kilómetros sin asfaltar. El grupo de transportistas ANATC dijo que el tráfico ha dejado algunas cargas esperando tres días para descargar en Miritituba.
AMPORT, que representa a las mayores empresas de transporte marítimo de la terminal, dijo que los camioneros con acceso programado de antemano no han sufrido esos tiempos de espera en el puerto.
Aun así, el presidente de AMPORT, Flavio Acatauassu, estimó que cada hora de confinamiento de los manifestantes impide la llegada a la terminal de al menos 12.000 toneladas de soja.
Via Brasil BR-163, que administra 1.009 kilómetros de la carretera que une los establecimientos agrícolas del estado de Mato Grosso con el puerto fluvial, dijo que se construirá un nuevo acceso cuando los tribunales le den permiso para expropiar determinadas zonas.
Las frustraciones han llegado a episodios violentos entre camioneros y manifestantes indígenas, según un comunicado de los representantes de Munduruku.
"Nuestra lucha es pacífica, pero venimos sufriendo agresiones y amenazas por parte de los camioneros, que incluyen insultos, lanzamiento de piedras, disparos y conducción peligrosa", escribieron.