Según los economistas de Goldman Sachs (NYSE:GS), los recientes comentarios de los funcionarios de la Reserva Federal sugieren que es probable que mantengan los tipos de interés sin cambios en su próxima reunión. Sin embargo, la posibilidad de un primer recorte de tasas se ha vuelto más plausible.
El principal factor que inclina al FOMC hacia un recorte es la reciente mejora en los datos de inflación de mayo y junio. Tras un primer trimestre con cifras de inflación más robustas, atribuibles en gran medida a efectos estacionales y fluctuaciones mensuales, el segundo trimestre ha mostrado una notable mejora en las cifras de inflación.
Goldman Sachs anticipa que los datos de inflación de julio también serán positivos, dado que la inflación de recuperación parece estar disminuyendo. Se espera que el repunte del índice de precios de alquiler se revierta, y que la estacionalidad residual en las cifras del índice de precios de gastos de consumo personal (PCE) vuelva a ser negativa.
Además, el cambio en el tono de los funcionarios de la Fed puede estar impulsado por el reciente aumento en la tasa de desempleo, que ha subido 0,1 puntos porcentuales en los últimos tres meses hasta el 4,1%. Esto marca un incremento de 0,7 puntos porcentuales desde su punto más bajo, y casi 0,5 puntos porcentuales por encima de la media de tres meses.
«Por ahora, el mercado laboral se encuentra en una buena situación», señalaron los economistas de Goldman. «Está más o menos tan tenso como antes de la pandemia, un periodo que logró un equilibrio muy favorable entre el pleno empleo y una inflación cercana al objetivo».
Sin embargo, la atonía del mercado laboral ha aumentado y el crecimiento del empleo ha disminuido.
El presidente Powell ha señalado en múltiples ocasiones en el último mes que un mayor debilitamiento del mercado laboral no sería ideal. Sin embargo, los economistas prevén que el mercado laboral se estabilice de manera natural, respaldado por el robusto crecimiento de la demanda final revelado en el informe del PIB del segundo trimestre, lo cual también debería impulsar la demanda laboral.
A pesar de esto, el equipo de Goldman Sachs sugiere que recortar los tipos «más pronto que tarde» podría ayudar a asegurar este resultado, brindando un apoyo adicional a la estabilidad del mercado laboral.
«Esperamos que estas tendencias recientes en los datos lleven al FOMC a revisar su declaración en la reunión de la próxima semana de forma que insinúe que un recorte en la siguiente reunión de septiembre se ha vuelto más probable».
Wall Street cree que un informe favorable del IPC de julio podría allanar el camino para un recorte de tipos en septiembre. Los indicios sugieren que la Reserva Federal está cerca de tomar esta decisión, y posponerla hasta los datos definitivos de agosto podría dejar la decisión demasiado dependiente de un solo informe del IPC.
Más allá de septiembre, las proyecciones de junio indican que la mayoría de los miembros del FOMC anticipan recortes de tipos trimestrales, siempre y cuando la inflación continúe acercándose al objetivo del 2%, en línea con la previsión de referencia de Goldman Sachs.
A corto plazo, los economistas advierten que el principal riesgo es que el FOMC podría acelerar los recortes, incluso realizando ajustes en reuniones consecutivas, si los datos del mercado laboral muestran una suavización mayor a la esperada. Esto podría llevar a un cambio de enfoque de la normalización a la intervención activa para contrarrestar una posible desaceleración económica.