El Instituto de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) estima que España destinó cerca de 22.000 millones de euros a la Defensa en 2023, representando un 1,51% del PIB. Este porcentaje ha aumentado desde el 1,23% en 2019, y es el mayor registrado durante el gobierno de Pedro Sánchez. Sin embargo, el objetivo del Gobierno es elevar este gasto al 2% del PIB para 2029, una cifra no alcanzada desde mediados de los años 90.
Desde el ingreso de España a la OTAN en 1982, el gasto en Defensa alcanzó picos del 2,94% y 2,97% del PIB en 1983 y 1984. Posteriormente, este gasto disminuyó, cayendo por debajo del 2% del PIB en 1995 y tocando un mínimo de 1,14% en 2016. Actualmente, el Gobierno busca revertir esta tendencia, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha solicitado a la UE que aumente el presupuesto en Defensa utilizando deuda conjunta.
No obstante, esta propuesta enfrenta resistencia. Jorg Kukies, ministro de Economía de Alemania, insiste en que cualquier aumento debe respetar las reglas de equilibrio fiscal. Mientras tanto, la OTAN reporta que el gasto de España en Defensa fue de aproximadamente 19.700 millones de euros en 2024, lo que equivale a 1,28% del PIB.
A nivel nacional, el Ministerio de Defensa recibirá 400 millones de euros para aumentar las retribuciones de los militares, una medida que la Asociación de Tropa y Marinería de España (ATME) considera "insuficiente". La discordancia entre las cifras oficiales y las del SIPRI se debe a que este último incluye gastos en pensiones militares, importaciones de armamento y fuerzas paramilitares, que no se reflejan en los presupuestos generales.
A largo plazo, España busca incrementar su gasto en Defensa a 1,32% del PIB este año y alcanzar 2% en 2029. El secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, ha advertido que Europa no siempre podrá depender del apoyo militar estadounidense, subrayando la necesidad de que el continente refuerce su propia seguridad, lo que requerirá un aumento en la recaudación y el gasto.