El Reino Unido experimentó un aumento en la inflación anual al 3% en enero, superando las expectativas del consenso de analistas que preveían un 2,8%, de acuerdo con los datos publicados por la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS). La inflación había estado en el 2,5% en diciembre, mostrando ya un incremento respecto a previsiones anteriores.
Desde que la inflación alcanzó un mínimo de 1,7% en septiembre, los precios han subido constantemente. Esto se debe principalmente al incremento en los costes del combustible y a las tarifas de servicios que han crecido más rápidamente que los precios de los bienes. Como respuesta a estos cambios, el Banco de Inglaterra efectuó su primer recorte del año en las tasas de interés a principios de febrero, llevando la tasa de referencia al 4,5%.
Además, el banco central anticipa más recortes de tasas en el futuro, pero advierte sobre el impacto de los costes energéticos globales y los precios regulados, que podrían elevar la inflación general al 3,7% para el tercer trimestre de 2025. Sin embargo, el Banco de Inglaterra mantiene la expectativa de regresar al objetivo de inflación del 2% para 2027. Paralelamente, la institución ha ajustado a la baja su previsión de crecimiento económico para el Reino Unido este año, reduciéndola del 1,5% al 0,75%.