- El presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Íñigo Fernández de Mesa, ha sugerido reducir el IVA en productos de tecnología sanitaria para evitar desventajas económicas y desigualdad en España.
- España aplica un IVA del 21 % a la mayoría del equipamiento médico, mientras que otros países europeos tienen tasas del 4 % al 9 %, creando una desventaja comparativa para los consumidores españoles.
- Reducir el IVA podría mejorar el acceso a bienes esenciales y facilitar la incorporación de innovaciones tecnológicas en el sistema de salud, beneficiando especialmente a la sanidad pública.
El presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Íñigo Fernández de Mesa, ha instado este viernes a una reducción de la carga impositiva sobre los equipos y productos de tecnología sanitaria en España. Actualmente, el país se encuentra entre los que aplican un IVA más elevado en este tipo de material en Europa, lo que genera desventajas económicas y desigualdad tanto para los consumidores como para el sistema de salud.
Durante la presentación del informe "Los tipos reducidos en el Impuesto sobre el Valor Añadido. Un ejemplo de su aplicación en el material sanitario", Fernández de Mesa destacó la importancia de esta medida para igualar las condiciones económicas con otros países europeos. En España, el tipo general del 21 % se aplica a la mayor parte del equipamiento médico y sanitario, mientras que en países como Italia, Francia, Portugal, Alemania, Polonia y Países Bajos, los dispositivos médicos y sanitarios están sujetos a tipos reducidos de entre el 4 % y el 9 % de IVA.
El Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha señalado en un comunicado que este tratamiento fiscal diferenciado es una "fuente de desigualdad" y provoca una desventaja comparativa para los consumidores de servicios sanitarios en España. Además, la aplicación de tipos reducidos y exenciones en el IVA "mejoraría el acceso a bienes de primera necesidad para los colectivos más desfavorecidos".
Asimismo, la alta tributación actual impide que se destinen recursos esenciales para la incorporación de innovaciones tecnológicas que mejoren la eficiencia del gasto sanitario y el Sistema Nacional de Salud en su conjunto. Este impacto es especialmente significativo en la sanidad pública, principal compradora de equipos y productos sanitarios, ya que un IVA elevado dificulta la adquisición de equipos de última tecnología.